martes, 11 de julio de 2017

Tillerson obtiene en Qatar un acuerdo sobre la lucha antiterrorista


DOHA.- El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, logró este martes en Doha un acuerdo sobre la lucha contra la financiación del "terrorismo", en momentos en que el país es objeto de bloqueo y aislamiento por parte de sus vecinos por su supuesto apoyo a grupo extremistas.

Tillerson había iniciado el lunes en Kuwait un gira por el Golfo para hallar una solución a esta crisis entre Qatar y sus vecinos, entre ellos la poderosa Arabia Saudí, la más grave que haya registrado el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) desde su creación, en 1981.
Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto (que no es miembro del CCG) rompieron relaciones con Qatar el 5 de junio y le impusieron sanciones económicas.
Estos países reclaman que Doha cese lo que llaman su política de apoyo "al terrorismo" y su acercamiento con Irán.
Qatar niega las acusaciones y rechaza la totalidad de las demandas, estimando que violan su soberanía.
Durante la visita a Doha de Tillerson, Qatar y Estados Unidos firmaron un memorando de acuerdo sobre la lucha contra la financiación del "terrorismo".
"Hoy Qatar es el primer país que firma con Estados Unidos un programa de lucha contra la financiación del terrorismo", declaró el ministro de Exteriores qatarí, el jeque Mohamed ben Abderrahman al Thani.
"Invitamos a todos los países que nos imponen un bloqueo a sumarse" al acuerdo, añadió en una rueda de prensa con Tillerson.
Tillerson precisó que el acuerdo tiene como objetivo "erradicar de la tierra el terrorismo", una decisión tomada durante una cumbre que reunió a finales de mayo en Riad a medio centenar de dirigentes musulmanes junto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El acuerdo de Doha es un primer paso en la difícil misión de Estados Unidos de poner fin a la crisis del Golfo.
Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto impusieron a Qatar el 22 de junio una lista de 13 exigencias, entre ellas el cierre de la televisión Al Jazeera y una base militar turca y la revisión de sus relaciones con Teherán, para normalizar relaciones con Doha.
Al margen de esta crisis, para la delegación de Tillerson el objetivo primordial de Washington es hacer que se agoten las fuentes de financiamiento de los grupos extremistas para consolidar las victorias frente al grupo Estado Islámico (EI) en Irak y en Siria e impedir los ataques "terroristas".
La base de Al Udeid, en Qatar, utilizada por Estados Unidos, es un elemento clave en la lucha de Washington contra el grupo EI.
La víspera de la llegada de Tillerson a Doha, el tono volvió a subir entre Qatar y sus adversarios por una serie de documentos con el sello "top secret" divulgados por el canal CNN.
Estos documentos conciernen a los acuerdos de 2013 y de 2014 sobre los compromisos tomados por los dirigentes del Golfo en materia de lucha contra "el terrorismo" y la prevención de actos de desestabilización en la región.
Los firmantes se comprometen a cesar su apoyo a los Hermanos Musulmanes, a no interferir en los asuntos internos de sus vecinos, a no apoyar a las partes en Yemen que puedan perjudicar a los países del Golfo, a regular sus medios y a no naturalizar a los opositores de los países vecinos.
Pero uno de los documentos subraya que no se puede tomar medidas de retorsión contra uno de los firmantes sin discusiones previas con el interesado.
Es por ello que el jeque Saif ben Ahmed al Thani, responsable de la oficina de información del Gobierno de Doha, afirmó que las medidas tomadas contra su país constituyen "una violación flagrante de los acuerdos de Riad", donde se firmaron esos documentos.
Las 13 reivindicaciones, en particular el cierre de Al Jazeera, "no tienen nada que ver con los acuerdos de Riad", subrayó a CNN.
Por el contrario, los adversarios de Qatar recalcaron en un comunicado publicado tarde el lunes que esos documentos prueban que Doha "falló en sus compromisos" de 2013 y 2014.

El precio del petróleo no subirá mientras no bajen las reservas, dice CEPSA

ESTAMBUL.- El precio del crudo, actualmente en torno a 47 dólares el barril, no subirá mientras no baje sustancialmente el nivel de las reservas almacenadas (inventarios) de esa materia prima, según el consejero delegado de la petrolera española CEPSA, Pedro Miró.

"En el mundo sigue habiendo unos inventarios muy grandes, muy superiores a lo que es habitual", dijo Miró durante el XXII Congreso Mundial de Petróleo que se celebra en Estambul.
El recorte de los suministros de "oro negro" acordado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros diez productores independientes, entre ellos Rusia y México, vigente desde el 1 de enero, "lo que ha conseguido es que el precio del crudo no bajara", reconoció.
La retirada del mercado de casi 1,8 millones de barriles diarios de petróleo que supuso ese acuerdo, prolongado en mayo hasta finales de marzo de 2018, no ha logrado elevar los "petroprecios", aunque sí estabilizarlos, recordó.
"Lo habitual es que en el mundo haya 3.000 millones de barriles en inventarios y a día de hoy hay 4.000 millones porque los tres últimos años la oferta ha superado mucho a la demanda", detalló el ejecutivo.
"Hasta que no se corrijan esos inventarios será difícil que aumente el precio del crudo. Sin duda la industria se tiene que acostumbrar a la especulación en los precios", aseveró Miró.
"Este es un negocio cíclico y estacional. Ambos temas hay que tenerlos en cuenta. La estacionalidad - porque evidentemente no es lo mismo temperaturas bajas que temperaturas altas - repercute mucho en el consumo de nuestros productos. Nuestras inversiones tienen que ser rentables a precios bajos", concluyó el dirigente de CEPSA.

La inversión en energía cayó un 12 % por segundo año consecutivo en 2016

PARÍS.- El parón de nuevos proyectos petroleros y gasísticos por los bajos precios del barril de crudo estuvieron detrás del bajón del 12 % de la inversión mundial en el sector de la energía en 2016, por segundo año consecutivo.

En su informe anual sobre la inversión presentado hoy, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló que el volumen total de inversiones fue de 1,7 billones de dólares, lo que representa un 2,2 % del producto interior bruto (PIB) global.
El dinero dedicado a la exploración y explotación de yacimientos de petróleo y gas se redujo el pasado año en un cuarto, con lo que en dos ejercicios la disminución acumulada fue del 38 %.
En cualquier caso, esos hidrocarburos en 2016 todavía supusieron las dos quintas partes del volumen total de la inversión.
En la electricidad, el descenso se limitó al 1 % para quedar en 718.000 millones de dólares por el efecto del recorte en la generación, que no fue totalmente compensado por el alza en las redes.
La inversión en nuevas instalaciones de generación de electricidad con fuentes renovables bajó un 3 % hasta 297.000 millones de dólares, lo que significa un 3 % menos que cinco años antes, aunque las capacidades instaladas eran un 50 % superiores, con una producción que se estima un 35 % más elevada.
La explicación de esa aparente contradicción está en la reducción de los costes unitarios con las mejoras de las tecnologías solares y eólicas.
El dinero destinado a dispositivos de mejora de la eficiencia energética aumentó un 9 % para representar 231.000 millones de euros, de la mano en particular de China que, según la AIE, en unos años podría superar a Europa, que hasta ahora ha sido el líder en este terreno.
Una buena parte de esas partidas (133.000 millones de dólares) se consagraron a reforzar la eficiencia de los edificios, que absorben un tercio del total de la energía consumida.
China se mantuvo como el primer país por la inversión en energía, ya que representó un 21 % del total mundial, y lo más significativo de su evolución fue el hundimiento del 25 % en nuevas centrales de carbón.
Una muestra de que el gigante asiático se orienta cada vez más hacia la producción de electricidad con bajo nivel de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y a las medidas de eficiencia.
Estados Unidos se mantuvo en segunda posición, e incluso incrementó su peso relativo al 16 %, y eso pese al fuerte descenso en la actividad de petróleo y gas.
A contracorriente de la tendencia general, India se reafirmó en su tercer puesto con un incremento del 7 %. En Europa, la inversión cayó un 10 %, sobre todo a causa de las renovables.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, hizo notar que en un contexto como el actual en que la industria del petróleo y del gas se centra en proyectos a corto plazo, cobra mayor importancia que las políticas presten atención a las necesidades de aprovisionamiento a largo plazo.
Sobre todo porque, aun asumiendo "objetivos ambiciosos" en términos de mitigar el impacto sobre el calentamiento climático, la inversión en gas y petróleo "tendrá que aumentar respecto a su actual desplome".
De acuerdo con la agencia, los primeros indicios apuntan a que la inversión en gas y petróleo este año ha repuntado "modestamente", sobre todo de la mano de los yacimientos de esquisto en Estados Unidos.

Las inversiones en el sector del petróleo y gas subirán en 2017, según la AIE

PARÍS.- Las inversiones para la exploración y la explotación de petróleo y de gas deberían subir en 2017, después de dos años en repliegue por la caída de los precios, anticipó la AIE en un informe publicado este martes.

Las inversiones del sector deberían subir 6% este año a 460.000 millones de dólares (+3% ajustando por inflación), estimó la Agencia Internacional de Energía (AIE), en su informe anual sobre las inversiones.
Después de una caída de cerca de 50% desde 2014, esto podría significar que el sector ve "la luz al final del túnel", planteó la AIE, que basa sus estimaciones en la información de las empresas petroleras.
Los resultados del primer trimestre de 2017 muestran "una mejora significativa" de la tesorería disponible en la mayor parte de las grandes empresas petroleras y gasísticas, que han hecho esfuerzos enormes para reducir sus costos en los últimos años, explicó la agencia, que representa a países consumidores de oro negro.
Este repunte incluye inversiones en Medio Oriente, donde los costos de producción son los más bajos del mundo, pero también proyectos de esquisto en Estados Unidos.
Estos últimos se han beneficiado de la leve alza de los precios del petróleo, después del acuerdo logrado a finales de 2016 entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros países productores, como Rusia, para reducir el bombeo.