sábado, 16 de diciembre de 2017

La Economía dirigida por la electrónica / Ángel Tomás *

La velocidad de innovación y creatividad que ofrece la robótica, la electrónica y la digitalización, obligarán a estudiar y valorar un nuevo y dinámico sistema económico estructural variable, capaz de compensar la inevitable caducidad de las estructuras tradicionales estáticas  en vigor, que por falta de previsión y agilidad transformadora, ya han empezado a originar desapariciones en el sector industrial y de servicios,  eliminando, además, puestos de trabajo.

Un estudio del mercado de consumo permanente, que facilite y agilice la renovación  estructural actual, ya obsoleta, será indispensable para hacer frente a las crisis que originará la imparable investigación científica, mecánica, electrónica y de comunicación. Deben nacer nuevos enfoques y técnicas que soporten y ayuden a los avances innovadores con los que debe ir de brazo  hacia el éxito.

El Progreso, que ya hemos empezado a disfrutar, y el que previsiblemente se irá imponiendo, hará cambiar los sistemas de vida y del consumo. Hemos de aceptar que  el software obligará a  renovar los sistemas de gran parte de sector industrial, que las computadoras (inteligencia artificial) eliminarán el esfuerzo humano, que determinadas especialidades profesionales perderán campo de actuación al crearse nuevos servicios de asesoramiento electrónico de gran información, como ocurrirá también con los análisis médicos sistema Tricorder X, que analizará a distancia un amplio campo de biomarcadores  y diagnosticará cualquier tipo de enfermedad, que el automóvil y maquinaria móvil autoconductoras sustituirán a la mano de obra, que la posibilidad de escanear en tres dimensiones desde el teléfono personal obligará a las fábricas a cambiar su maquinaria tradicional por otra robotizada, y tantas otras hipótesis que la mente humana aún no es capaz de prever.

El nuevo escenario de futuro debe apoyarse de forma permanente en el mercado de consumo, a su cambio y a su progreso. Para ello, debe separarse de las ideologías personales y colectivas que siempre llevan a la implantación de técnicas enquistadas paralizantes o regresivas, y que se defienden con obstinación y falsedad justificando un crecimiento inexistente. La supervivencia de una economía nacional o internacional requiere una planificación y desarrollo elásticos e inteligentes.

Dos cuestiones habituales deben ser eliminadas: -las inversiones faraónicas no rentables, de escasa utilidad y de imposible amortización racional (habitualmente solo obedecen al lucimiento político individual o colectivo) y, - la permisividad y descontrol del sistema financiero por parte de los reguladores centrales, nacionales, continentales y mundiales casi siempre influidos por el poder político. “Los Estados deberían crear las instituciones supranacionales con poder suficiente para regular la actividad de los bancos centrales y supervisar el sistema financiero internacional”, Smithin, autor de este principio, añadía: “Las instituciones financieras internacionales no son un fin en sí mismo, sino medios para conseguir un objetivo concreto”.

Los presupuestos nacionales, regionales y municipales, que siendo de obligado cumplimiento, solo sirven para orientar (en caso de necesidad, se incumple la obligación de aprobación de otros oficiales extraordinarios), y deben atenerse al sistema universal de los llamados “presupuestos cero”, y sancionar severamente la libre aplicación de los fondos públicos. Los presupuestos deberán fijar los límites del posible déficit estructural del PIB, y los mecanismos obligatorios para la estabilidad financiera

La viabilidad de la economía de futuro,  pero de adopción urgente, necesitará de importantes inversiones de apoyo a los distintos sectores de actividad empresarial, imprescindibles para su adaptación a los avances tecnológicos y de investigación que la nueva era de creatividad impone. Ello obliga a una nueva estructura presupuestaria, cuyo principal objetivo sea el apoyo financiero a la adaptación urgente de la productividad en las fuentes de riqueza. 

El primer paso para un nuevo y necesario presupuesto es la drástica disminución del gasto público, muchas veces indiscriminado y con ausencia de la debida justificación. Dicha disminución deberá trasladarse a capítulos de nueva creación destinados a las reformas estructurales y a la financiación de los estudios de mercados de consumo y costumbres, tanto nacionales como para el emprendimiento internacional.

El estudio real y profundo de nuestra riqueza nacional ha de basarse en el marco de la economía regional, sin atenerse necesariamente a la organización política actual, para luego impulsarlas y coordinarlas hacia el consumo, servicios y bienestar social. Este trabajo, intuyendo su necesidad, se proyectó y se desarrolló hasta ser publicado en el año 1968 como consecuencia del centenario de la Fundación de la Universidad Comercial de Deusto. Esta publicación, editada en cinco tomos, se gestó bajo la dirección técnica del maestro y catedrático Juan Velarde Fuertes, sin que se haya utilizado como patrón por las sucesivas políticas económicas hasta nuestros días. 

Lógicamente habría que actualizar datos y conclusiones a los cambios progresistas de los mercados actuales. A modo de ejemplo, podemos calificarlo matemáticamente como una gran ecuación que contiene numerosas incógnitas, pero que pueden ser despejadas mediante los datos reales que proporcionaría el estudio ininterrumpido de los mercados cambiantes del consumo.


(*) Economista y empresario español

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